RECOMENDACIONES DE
LIQUIDOS PARA LOS NIÑOS.
Dr. Froylán Eduardo
Hernández Lara González.
Nefrólogo Pediatra
“Doctor, mi hijo dice que cuando orina ‘siente raro’, como ‘si le
ardiera’ pero no ha tenido fiebre… pienso que es porque no toma mucha agua…
cuánto le tengo que dar?”
¿Le
suena familiar esto? Uno de los retos que el Pediatra enfrenta constantemente
en la consulta es asesorar principalmente a las madres acerca de cuánto es lo
ideal que un niño debe consumir de líquidos (generalmente agua) para preservar
sus funciones vitales y en pro de no favorecer enfermedades renales (de
riñones). Ante esta pregunta, una manera fácil en que puede contestarse es a
través del asegurarse que el niño se mantenga hidratado, y vigilando las
cantidades de orina que produce. En los bebés con un mínimo de 4 a 8 cambios de
pañales al día y en niños mayores al menos de 4 a 8 veces al día. Sin embargo,
este método puede tener dificultades técnicas para su realización, sobre todo
para aquellos padres y/o madres que tienen que trabajar y no pueden estar
seguros pendientes todo el día de esta
medición. Siguiendo un método que fue diseñado para pacientes que están
hospitalizados, pero que puede adaptarse para su uso en niños sanos, se puede
determinar la cantidad de líquidos necesarios. Esta técnica tiene la ventaja de considerar entre otras
cosas las actividades que se realizan en el día: jugar, hacer deporte,
exponerse al sol, etc, y exhorta a tomar en cuenta pérdidas mayores cuando el
clima tiende a ser caluroso, lo que conlleva a la sudoración y a la
deshidratación con mayor facilidad. Este método (Holliday-Segar) fue publicado
desde 19571 y en la actualidad es empleado en diversos centros
hospitalarios para indicar la terapia de líquidos necesaria para los pacientes.
Este cálculo que requiere el peso
del niño usa el requerimiento promedio de 100 ml de agua por cada 100 calorías
metabolizadas. No obstante, ha sido cuestionado recientemente a pesar de su uso
extendido, ya que para empezar, se hizo inicialmente para administración
intravenosa (sueros) y no por vía oral (tomados), y además no es válida para
los recién nacidos, los niños con sobrepeso o niños mayores que alcanzan el
peso similar al de los adultos2. Pese a ello, es una forma práctica
para aportar lo mínimo suficiente de líquidos que se pueden dar a los niños. A
continuación, se ofrece una tabla adaptada que ejemplifica según el peso la
cantidad que se requiere según el peso del menor. Es importante aclarar que no
se están considerando pérdidas extras (vómitos, diarrea, sudoración excesiva,
etc) (Tabla 1).
Tabla 1 (Adaptada de Agraval S) Cálculo de
líquidos por el método de Holliday-Segar.
Peso del niño
(kg)
|
Requerimientos de agua
(ml)
|
5
|
500
|
6
|
600
|
7
|
700
|
8
|
800
|
9
|
900
|
10
|
1000
|
11
|
1050
|
12
|
1100
|
13
|
1150
|
14
|
1200
|
15
|
1250
|
16
|
1300
|
17
|
1350
|
18
|
1400
|
19
|
1450
|
20
|
1500
|
>20
|
1500 + 20 ml por kilo por
arriba de 20 kg
|
25
|
1600
|
30
|
1700
|
35
|
1800
|
40
|
1900
|
Para los 10 primeros kilos de peso, un niño necesita 100 ml por kg de
peso. Para los proxies 10 kg de peso (11-20 kg), necesita 50 ml por kilo de
peso. Para cualquier peso por arriba de 20 mg (21 y más), solo necesita 20 ml
por kilo de peso.
¿Qué cuenta como
líquido, sólo el agua? Para bebés, el pecho o las fórmulas infantiles son adecuados
desde que se sabe que ambas contienen típicamente 95% agua libre. Agua simple y
jugo pueden introducirse alrededor de los 6 meses de edad (si su Pediatra se lo
indica). Niños mayores de 1 año que ya
consumen dieta regular pueden obtener los líquidos de diversas fuentes. El
agua, por supuesto, es la mejor opción, pero los líquidos claros tales como el
jugo, algunas bebidas comercializadas e incluso las paletas son una segunda
buena opción. La leche, frutas frescas y vegetales y otras comidas “húmedas”
también aportan líquidos al cuerpo. 2 Sin embargo, es necesario
resaltar que el agua “simple” se prefiere al jugo o bebidas preparadas debido
al alto contenido de azúcar en muchas de ellas, incluyendo refrescos. Demasiado
jugo puede provocar diarrea, dolor abdominal, distensión o flatulencias
(gases). Pueden además, junto con otras bebidas con alto contenido de azúcares
(nuevamente incluimos refrescos) contribuir a la formación de caries3
y a la aparición de obesidad y Diabetes mellitus4.
Recomendaciones
generales.
Entre las principales
recomendaciones (generales) en relación a la hidratación de niños y jóvenes,
figuran tomar bebidas en cada comida y entre las mismas; tomar ocho vasos de
líquidos al día; no confiar únicamente en la sensación de sed; mantener las
bebidas a temperatura moderada, pues si están muy frías o muy calientes se
suele beber menos; elegir las bebidas según el nivel de actividad física
realizado; y aumentar la ingesta de líquidos en época de calor y antes, durante
y después del ejercicio, entre otras.
Los expertos hacen además
hincapié en que, en muchas ocasiones, la sed no es un indicador fidedigno de la
falta de líquidos en el organismo de los más pequeños, ya que actúa como señal
de alarma cuando ya se han producido pérdidas hídricas. Para evitarlo, es
aconsejable que además de agua se tomen otros líquidos cuyo consumo resulte más
fácil y agradable, como jugos, thé, leche, sopas, junto a alimentos con un alto
contenido hídrico como frutas y verduras, como ya se ha mencionado previamente.
En lactantes y recién nacidos
alimentados con leche materna no se suele necesitar un aporte extra de líquido.
No obstante, cuando suben las temperaturas es importante ofrecerle el pecho al
bebé con mayor frecuencia para asegurarnos que tiene cubierto el aporte de
líquido necesario5.
En pacientes de cualquier edad
que presenten enfermedades serias, graves o crónicas (corazón, hígado y/o
riñones, entre otras) ameritan especificaciones propias de líquidos las cuales
debe determinar únicamente el médico
tratante según las condiciones propias de cada menor. Es común que la madre por
recomendaciones de familiares (generalmente la abuela, las cuñadas, las
hermanas, etc) y gente que “ha tenido experiencia criando niños” den opinión
sobre lo que debe darse a estos individuos. Sin embargo, esto puede ser hasta
contraproducente e incluso peligroso para la vida de los involucrados. Se
recomienda dejar en manos de los profesionales de salud la tarea de indicar
esta situación.
A continuación, se darán algunos
consejos útiles enfocados principales en lactantes:
1.-
Las madres que opten por la lactancia materna deberán ofrecer a sus bebés el
pecho a demanda en momentos de calor extremo, ya que les aporta el agua, las
sales y los nutrientes necesarios para evitar la deshidratación.
2.-
En el caso de la lactancia con biberón se recomienda reforzar el aporte de
líquidos con biberones de agua simple, aunque no hay que obligarles a ingerir
líquidos.
3.-
Se debe cuidar la correcta preparación de los biberones con fórmula artificial,
dado que una concentración excesiva limita el aporte correcto entre líquidos y
sales minerales que debe ingerir el lactante.
4.-
Es necesario vigilar las señales que pueden indicar la deshidratación del bebé.
Consulte con su Pediatra para que le indique cuáles son.
5.-
Debido a la inmadurez de su sistema inmunitario, los bebés presentan más
problemas gastrointestinales, otra fuente importante de pérdida de líquido para
el lactante. En este caso, al igual que en el momento que se localicen señales
de deshidratación en el bebé, es importante comenzar inmediatamente a
rehidratarle, si fuera necesario con suero oral.
6.-
Es importante mantener hidratada la piel del bebé para evitar una mayor pérdida
de agua, debido a que su función barrera no está aún madura. Se pueden emplear
cremas especiales y/o aceites para tal fin. Consulte con su Pediatra.
7.-
Los lactantes son propensos a sufrir golpes de calor, por lo que además de
asegurar la ingesta de líquidos necesaria, es importante evitar la exposición
prolongada al sol, las horas centrales del día.
8.-
Es importante no someterlo a cambios bruscos de temperatura ni ofrecerles
líquidos fríos.
9.-
Los bebés tienen una mayor relación superficie cutánea/ peso corporal que un
adulto. Por esta razón eliminan más líquidos. Por ello, es importante vestirles
con ropa ligera cuando suben las temperaturas.
10.-
Para los expertos el mejor tratamiento para evitar la deshidratación es la
prevención: ofrecer al bebé el líquido necesario, evitar su exposición al calor
y acudir al Pediatra si pierde más líquido del normal. Dada la delicadeza de
esta situación, es preferente llevarlo a consulta y no limitarse a llamar por
teléfono “para ver qué nos recomienda o indica el doctor”.
¿Los refrescos son
malos como bebidas para los niños?
Existe un Comité de Expertos para
las Recomendaciones de Bebidas que se creó por la iniciativa del secretario de
Salud de México para proporcionar una guía sobre los beneficios y riesgos
nutricionales y para la salud de varias categorías de bebidas, sobre todo por
el reciente incremento en las cifras de obesidad y Diabetes mellitus
registrados en nuestro país. Este comité clasificó las bebidas en seis niveles:
desde las menos recomendadas (nivel 6), integradas por bebidas que deben
consumirse sólo de forma esporádica y en cantidades limitadas, hasta las más
recomendadas (nivel 1), que deben constituir la principal fuente de líquidos:
el agua.
Basados en tal clasificación, en
el nivel 6 ubicamos bebidas con azúcar y bajo contenido de nutrimentos
(refrescos, jugos, aguas frescas y café con azúcar). Además de lo ya mencionado
en relación a obesidad y Diabetes mellitus, está demostrado en población
mexicana que pueden causar aumento en los triglicéridos y la aparición de
enfermedades que afectan corazón y riñones.
Los refrescos y las bebidas
azucaradas a base de fruta no son las únicas bebidas con alto contenido
calórico. Nuevas bebidas, con el mismo perfil, se ofrecen de forma constante.
Ejemplos de ello son los licuados con un contenido elevado de calorías. En
México, las más importantes de estas bebidas son los cafés muy endulzados y
todas las bebidas a base de jugos de fruta con azúcar adicionada; destacan las
aguas frescas, que son jugos de frutas o infusiones de flores muy diluidas a
los que se agregan cantidades muy elevadas de azúcar. Se ha iniciado una nueva
etapa de investigación sobre todos estos jugos endulzados, aguas frescas y
atoles, al igual que los jugos normales de fruta ya mencionados. Como se ha
dicho, los jugos de frutas, incluso cuando no se les añade azúcar, se han
vinculado con resultados adversos en la salud, incluido el aumento del riesgo
de Diabetes mellitus tipo 2. Por lo
tanto, es de esperar que estas bebidas de frutas azucaradas y el atole
incrementen los riesgos a la salud.4
En conclusión, de acuerdo a este
grupo de expertos, los refrescos y demás bebidas incluidas en la clasificación
de nivel 6 sólo deben consumirse de vez en cuando.
Conclusiones.
1.
Se
debe dar una cantidad suficiente de líquidos al niño, considerando condiciones
agregadas que ameriten incluso aumentarla (ejercicio, calor excesivo, etc). La
sed no siempre es un mecanismo que hay que esperar que se presente para otorgar
líquidos a un niño, ya que se ha demostrado que no siempre se manifiesta.
2.
Cuando
existan enfermedades serias (de corazón, de riñones, etc.) debe consultarse al Pediatra o al
Subespecialista acerca de la cantidad de líquidos que deben darse a cada
paciente, según sus condiciones y necesidades particulares. Jamás debe usted
por sus propios medios o recomendaciones de personas no médicas dar líquidos en
este grupo de niños en particular.
3.
Aunque
pueden haber otros métodos para cálculo de líquidos, el de Holliday-Segar es el
más empleado y puede adaptarse para dar aportes por vía oral. Estas bebidas
preferentemente deben darse a temperatura ambiente(ni frías ni calientes).
4.
Se
pueden dar diversos líquidos como aportes, pero de acuerdo a la clasificación
del Comité de Expertos para las Recomendaciones de Bebidas de la Secretaría de
Salud de México, los que menos se recomiendan consumir si no en forma
esporádica son las que se presentan con azúcar y bajo contenido de nutrimentos
(incluyendo refrescos).
Para cualquier duda o aclaración
estamos para servirle en PEDIATRIKA, Privada 29 A Sur No. 3302. Col. El Vergel. Tel. 2 26 76 05.
Referencias.
1. Holliday MA, Segar WE. The
maintenance need for water in parenteral fluid therapy. Pediatrics 1957; 19(5):823-32.
2.-Agrawal S. Fluids requirements
for children. Complex Child
E-magazine. Disponible
en: http://www.articles.complexchild.com/00037.pdf
Consultado el día 7 de abril de 2012.
3.-Murphy J. Fluids requirements
for children. Disponible
en: http://www.faculty.olin.edu/~jcrisman/Service/.../fluid.htm Consultado el día 7 de abril de 2012.
4.-Rivera,
JA y cols. Consumo de bebidas para una vida saludable: recomendaciones para la
población mexicana. Salud pública Méx 2008; 50(2): 173-195.
5.- La hidratación en la infancia –TodoPapás. Disponible en: http://www.todopapas.com/Ninos/Cuidados
infantil Consultado el día 6 de abril
del 2012.